Esto contiene esto, quién sabe lo que contendrá después, o si esto durará, o si lo que contiene se evaporará, como tantas otras veces.
Convivo con muchas contraseñas olvidadas, hay cuentas de correo de otras vidas en las que se amontonan mensajes que ni Bartleby podría ya clasificar.
Esto es lo que juré que no iba a hacer nunca más, sabiendo que iba a acabar haciéndolo inevitablemente.
También sabía que acabaría haciéndome viejo, también sé que me voy a morir. Por eso mismo,
willkommen,
bienvenue,
welcome.
Y otro día os cuento de la vez que me crucé con Judy Barton. Que ahora es tarde.
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