Hay portales de la infancia en los que todavía anida, intacto, el miedo, y un modo concreto de salir a la calle, de mirar los coches en la calzada,
no te sueltes de la mano,
que es aún la única forma de entrar en ciertos sueños que no tienen llave.
Hay esos paisajes recursivos, y una resonancia de imágenes en los ojos cerrados del presentir, del sentir de antes, cuando aún no éramos, pero aún podíamos ser y luego,
ya lo has visto,
hemos sido sólo esto, si es que hemos sido algo, y nos interrogamos, siempre al borde de la delación, siempre al borde de la revelación que se nos escapa entre los dedos.
(París, 25 de diciembre de 2022)
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